Un disparo, tal vez, más que directo

"El otro día te vi. Llevabas sólo esas medias tuyas tan llamativas que para nada combinan con tu abrigo de lana gris, como si quisieras que fueran demasiado fáciles de arrancar; como si quisieras fingir que no eres tan difícil de ganar. Lo que ellos no sabían todavía, es que siempre enredas las tiras de tu sostén. Te encanta saber lo que piensan de ti y de lo que les haces, observas sus emociones y las grabas con detalle."
Jake.

-Lo único que tú no sabes, es por qué he sido el único que no ha vuelto a llamarte.
Mirna descansaba la cabeza sobre la almohada, alejada de su cuerpo para que no pudiera tocarla. ¿Acaso le tenía miedo a su pecho descubierto?

-Ya es hora de que te vayas. Aquí nunca desayuna más de una persona y esa, soy yo.
Jacob sonrió, pegó su cuerpo desnudo al suyo mientras la besaba, volvió a sonreír y se marchó.

1 comentario:

Stella dijo...

Me has dejado flipada enana. De verdad que espero algún día decir: hey! a esa pequeña y menuda escritora la conozco yo!!! ya de peque era un hacha!y lo ha seguido siendo siempre.
Quérote mi pequecha, ainch, a ver si quedamos