Más allá de aquel lejano nerviosismo

-Venga, tienes que estar de coña ¿en serio le tienes miedo?- no sabía si tomárselo a broma para no molestarse de verdad. Le parecía tan terrible la idea de que se atormentara por cómo y cuándo llegaría el final que estaba dispuesta a estamparle un beso lleno de ira en la boca para que se callara y se concentrara en el presente del único modo que lo hacía por completo. Follando. Si era lo que necesitaba, lo haría.

-¿Cómo no voy a temer, si representa el final? Nadie quiere terminar-la sacaba de sus casillas, ni que se hubiera preocupado de aparecer. Algo maravilloso, por cierto, pues hacía tiempo que nadie provocaba ningún tipo de emoción en su vida de la forma en la que Ed lo hacía.
-No, claro, pero es algo que llegará. Cuando sea. Lo que importa es que ahora puedes disfrutar y brillar, no sé qué tenéis todos en contra del presente.
-Bah, cállate ya- fue él quien pegó su frente a la de ella y, agarrándole la cara la besó. Pero suavemente- vamos a la cama, quiero compartir mi presente.

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