Sólo querer unas lágrimas, deslizadas por un hilo, que atraviesa un cristal, formando una ventana. Alta, muy muy alta; arriba, muy muy arriba.
Una sonrisa a la luna, un beso a través del vidrio y comienza el delirio.
Las sombras se desdibujan en la pared, intentan ser color, intentan derretirse, deshacerse y fundirse.
Sólo es una larga espera, sólo una más.
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