Aquellos que ladran

Nunca saben cuando callarse.
Sólo buscan donde no hay.
No muerden, en verdad; aunque alomejor ahora sí, nunca se sabe.
También incitan a beber.
Gruñen sin parar.
Llevan mal el pensar.
Ya no juegan en los charcos.
Comen todo el tiempo.
Suman a la hora de restar.
Duermen más que aquellos que no ladran.
Se mueven por humo.
Les molesta dejarse ver y, mucho más, querer.
Ya no se preocupan de su nariz.
Asustan porque se asustan.
Han querido dejar de mover la cola, animados.
Si llueve, ahora salen disparados.


¿algo más que destacar?

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