Recuérdame

En las noches frías de invierno, donde no hay nadie que te desnude para no sentir frío.
En los aviones despegando, porque siempre me gustó la emoción de viajar y la alegría de volver a mi tierra.
En los momentos de sofá, en los que te guardo un refugio a mi lado.
En lo alto de las montañas, para poder gritar y que parezca que no cambia nada.
En las mañanas de verano, recogiendo todo para sumergirse en la playa.
En los desayunos, que nunca fueron lo mio.
En los golpes y fallos, de los que soy conquistadora y reina.
En las lágrimas de los años, porque van dejando huella.

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