Senn cogió el corazón más rojo que jamás había visto(increiblemente rojo, un rojo blandito, cálido, fuerte y dulce), lo mantuvo en sus manos un instante. Estaba calentito, lo acerco a su carita, le dio un beso y lo lanzó bien lejos.
Ahora Senn se ha fabricado un corazón de piedra y ya le han salido un par de grietas, por eso vuelve a buscar aquella almohadita roja que saltaba con fuerza de aquí para allá con cualquier cosa.
-Holaa...¿no habrá visto por aquí una manchita roja saltando?-cara de pilla que nadie cree.
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